martes, 18 de diciembre de 2012

La mejor navidad


Autor: Fran



Érase una vez un niño que se llamaba Harry,tenía 8 años, con su padre y su madre estaban en su jardín. La madre estaba preparando la comida y Harry y su padre jugaban en el jardín:

Águila1 contesta soy León, cambio.-dice Harry.
León, ¿dónde estás?, cambio.-dice el padre.
Estoy detrás de de las piedras, cambio.-dice Harry.
Yo también, a la de tres, asustamos a tu madre, entendido León cambio y corto.-dice el padre.
Entendido Águila1 cambio y corto.-dice Harry.
Una, dos y.-dice el padre.
¡BUUUUUUUUUUUUUUUUUH! .-dicen entre los dos.
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!, no me deis esos sustos por favor.-dice la madre.
Vale.-dice Harry.
Bueno, a comer se ha dicho.-dice la madre.

Y se comieron unas alitas de pollo buenisimas.
Llegó la noche. Harry se lo había pasado muy bien.

Llegó la Navidad y Harry sacó sobresaliente en todas las asignaturas, todos se pusieron muy contentos.

Llegó el seis de Enero y Harry emocionado se levantó pero en el salón no estaban, así que fue a la cocina porque sabía que eran muy bromistas, pero tampoco estaban, fue a la terraza, etc. Pero tampoco estaban,y le parecía muy extraño. Despertó a sus padres, y los padres no sabían que había pasado.

Al principio creían que se los habían robado, y después que un alien se los habían llevado.-pensaron todos.
¿Que crees que ha pasado papá?.-pregunta Harry.
No lo se hijo.-le contesta el padre.
Pero vamos a averiguarlo.-le dice la madre.
Como lo vamos a hacer mamá.-dice Harry.
Preguntándoselo a ellos mismos.-le dice la madre ha Harry.

Y Harry con su familia fueron a Oriente a visitar a los Reyes Magos.

Se encontraron a los Reyes Magos en su casa.
¿Por qué no tengo regalos?.-preguntó Harry.
Lo siento no sabemos que ha pasado.-dice Melchor.
Nos acabamos de dar cuenta de que nuestra máquina de listas está estropeada.-dice Gaspar.
¡Qué, cómo va eso Baltasar!.-grita Melchor.
¡Muy bien!.-grita Baltasar.
Ya está.-dice Baltasar.
Resulta que nuestra máquina de hacer listas te había puesto a ti y a tu familia con una cruz (malo).-le explica Baltasar a Harry.
Bueno, ya la hemos arreglado.-dicen Gaspar y Melchor a la vez.

En vuestra casa os espera una gran sorpresa mañana.-dice Gaspar.
No le digáis nada de esto ha nadie.-dice Melchor a Harry.
Y entre los tres hicieron un conjuro que les hizo retroceder atrás en el tiempo un día antes de los regalos.

Vaya que divertido ha sido mamá.-dice impresionado Harry.
Es que os tengo que contar un secreto, yo soy amiga de los Reyes Magos.
Llegó el día siguiente y los regalos estaban debajo del árbol.



(esta historia es para el concurso)

Esta competición es una locura

Autor: Fran


Un hombre estaba en un torneo de pesos pesados. Él iba en el segundo puesto y necesitaba ganar porque ¿sabeís cual era el premio? El primer puesto se llevaba un váter usado. Y eso era lo que le faltaba a su casa de los disparates. ¿Porqué a su casa la llamaba así? Muy sencillo en su casa las ventanas abiertas daban oscuridad y con las persianas echadas daban luz. Lo sucio estaba limpio. Los cuadros todos torcidos. La televisión era mejor subirse al techo para verla, las películas antiguas eran nuevas. En lugar de peces en la pecera tenía bolsitas de té usadas, ¡qué bien nadaban!... 
En fín si quería ganar el primer puesto tenía que levantar cincuenta toneladas, y quería hacer trampas, cuando llegó su turno levantó las toneladas pero... ¡cuando las levantaba ascendía al techo!, ¡estaba levitando! Y nadie, pero nadie podía hacer nada por evitarlo. Cuando bajó todo el público se volvió loco. No tenía rival, así que recogió su premio. 
Le tenía reservado un sitio especial, qué mejor lugar que la biblioteca donde pasaba tantas horas desleyendo libros. 

lunes, 17 de diciembre de 2012

El niño que quería ser bueno

Autor: Francisco Martínez González


Érase una vez un niño que era muy malo, por una vez estaba harto de ser el matón del colegio y desobedecer a sus padres, etc.
Él se lo pasaba muy bien cuando pegaba a los niños y decía que le hiciesen los deberes; pero en el fondo sabía que estaba mal.
Pasó el año y él sacó notas muy bajas pero tampoco había suspendido.
Un momento, ¿por qué os estoy contando todo esto?

Voy a ir al grano:
Llegaron las Navidades y como os iba contando él no quería volver a ser malo y le daba vergüenza decirlo, así que escribió la carta y puso una sola cosa: que nunca hubiese sido malo.
Pero cuando los Reyes Magos vinieron a dejar los regalos leyeron la carta del niño, que por cierto se llamaba Mario.
Y los reyes se rieron un poco pero a la vez lloraron, ¿sabéis por qué?
Porque en la carta ponía que además de querer ser bueno también decía que le gustaba una niña que se llama Mónica.
Entonces cuando Mario se despertó no sintió ningún cambio y fue al salón donde se encontró un carta de los Reyes Magos que decía:

"Querido Mario:
Somos nosotros, los Reyes Magos, y queremos decirte que si tú quieres ser bueno nosotros no podemos hacer nada. Lo único que queremos explicarte es que para ser bueno solo tienes que mirar dentro de ti, en tu corazón. Con esto conseguirás todo lo que nos has pedido por estas Navidades."

-¡Eso es todo!- dice enfadado Mario.
-¡Tiene que haber algo más!- dice más enfadado todavía. 
-No puede ser, es imposible, no puede ser- repite llorando.

Pasaron las vacaciones de Navidad y llegó el colegio.
Cuando Mario entró se dijo a sí mismo:
-Bueno, otro día de colegio más siendo el matón.

Pero no se sentía igual, tenía ganas de jugar con los pequeños, y cuando Mónica lo miró, Mario se sonrojó delante de ella.
Entonces averiguó a lo que se referían los Reyes Magos.
Se referían a que fuese lo que él había pedido: ser bueno, no pegar, no quitarle el dinero de la cafetería a los menores, etc.

Sí, su deseo se había cumplido, pero en realidad no era un deseo, él ya lo podía hacer; lo que de verdad querían hacer los Reyes Magos era que Mario se diese cuenta de que él puede decidir lo que quiere ser.






(esta historia es para el concurso)

La desgracia de navidad

Autor: Alejandro Pascual Mellado

Érase una vez una historia de navidad que se contó como leyenda de padres a hijos desde antaño hasta ahora:

Había una vez un pueblo adentrado en las inmensas montañas que pocos turistas conocían, ya que no solo estaba bien escondido, sino que también estaba a extremas temperaturas bajo cero a lo largo del año. Era un pueblo pobre, agrícola y ganadero, pero en navidades parecía olvidar sus penas y se alegraba. 
Se me ha olvidado contar que era antes de la leyenda de Santa Claus, pero aún así recibían regalos en esta época. No grandes regalos, pero suficiente como para dar alegría al pueblo. Pero ¿quién repartía los regalos y la felicidad al pueblo?

Los comerciantes también recibían regalos pero no les hacía la más mínima gracia, porque los regalos que se repartían eran semejantes a los que ellos vendían, por lo que la clientela disminuía. Así que unas navidades se decidieron reunir para encontrar
a este sospechoso, montaron guardias nocturnas para encontrarlo. 

Pero cuando le tocó el turno a Nicolás el artesano, en cuanto se durmieron los demás tendederos, fue a su casa y con varios sacos fue repartiendo los regalos, y sí, era Nicolás el hombre de la navidad, como solían llamar a ese individuo los lugareños. A la mañana siguiente los tendederos del lugar le cantaron las cuarenta Nicolás, porque fue en su turno cuando actuó el hombre de la navidad, pero con tanto alboroto la montaña rugió con unos temblores fortísimos, cuando se escuchó:

-!!!!!!!!Avalanchaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!

Había una fuerte avalancha que se dirigía hacía el pueblo, todos los hombres, niños, mujeres y animales de compañía se montaron en carros de caballos huyendo despavoridos de tal fenómeno. Todos menos Nicolás, él fue a por los planos de juguetes, ropas y demás regalos navideños, cuando salió no le dio tiempo a abrir la puerta antes de que la nieve le derrumbara.

Varios años después, el pueblo, situado en otra zona, había olvidado al hombre de la navidad porque ya no recibían sus regalos, los tendederos vendían regularmente todo el año y la alegría era una cosa que hacía tiempo que se había olvidado. 
Pero de repente, un año en navidad volvieron los regalos con mejor calidad, y notas en la que ponía:
"Para mis fieles amigos del pueblo, el hombre de la navidad era yo, ya morí en mi vida mortal y alcanzé una vida celestial, ahora yo, Santa Claus, reparto al mundo entero, en mi próxima vida eterna nunca os olvidare, hohohohohohohho
Firmado:San Nicolás."





(esta historia es para el concurso)

sábado, 15 de diciembre de 2012

La historia de las historias (por Ale)

Érase una vez una mujer, la cual se estaba volviendo loca, y el porqué es una sencilla respuesta, su madrastra no paraba de darle órdenes: 

- Que si limpia esto, que si cocina aquello, que se te ha olvidado lo uno o lo otro.

Vamos, un sueño hecho realidad.
Pues bueno, esa afortunada no soy yo. Yo soy una joven cazadora con un leal compañero, llamado, el perro con escopeta. Como su nombre dice lleva una escopeta, y es un perro. Su antiguo dueño, el marqués de Caravanas, lo cambió por un anillo de boda para su esposa, a la cual siete días después intercambió por el cromo de negracarbón y los siete redonditos, el último de la colección ugly princcess.

Yo cazo para alimentar la boca de mi pobre madrastra que está muy enferma, ella me rescató de las garras de Hánsel y Gretel, que se comieron a mi padre y a la bruja. Le debo la vida a esa mujer, y la causa de su enfermedad, es que un día, cuando salió de pesca y Tiburón estornudó a Pinocho que tenía la gripe A, se la contagió.

Cuando voy de caza con el perro con escopeta me siento muy segura, ya que es un cazador nato y tiene más puntería que cualquier otro tirador. Hoy habíamos cazado un jabalí, pero para mi sorpresa mi madrastra estaba con unos guardias que me apuntaban. Me dijo que me había vendido a la ley por un crimen que cometí hace muchos años. 

A mi perro lo decapitaron y a mí me encerraron de por vida. Mi madrastra me enmarañó, me embrolló, me clavó un cuchillo por la espalda. Nunca se lo perdonaré.
A los muchos años escapé, y un hada madrina me dijo que era el espíritu de mí padre:

-¿Cómo es que siendo hombre pareces mujer?
-Porque en esta historia no estaba el papel de hado madrino y el director no lo quería cambiar.

De repente desapareció y me convirtió en una veinteañera, me devolvió mi juventud y al perro con escopeta.

Y todos fuimos felices.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Dulce navidad

Hola, aprovechando las fechas se me ocurrió hacer un pequeño concurso para los niños de mi clase que quieran participar. Los requisitos son los siguientes:

-Tienes que ser de la clase 6ºB del colegio Eduardo Ocon

-La historia debe tratar sobre la Navidad

-¡¡Tienes que pasartelo muy bien haciendolo!!


PD: No hay premio

FMD: Carmen



martes, 6 de noviembre de 2012

Blancanieves

Había una vez una hermosa muchacha cuyo nombre era Blancanieves. Pero... no os creáis que era porque tenía la tez pálida ni dada de eso, era por capricho de su madre (ella se llamaba Negrocarbón). Bueno, resulta que un día mientras dibujaba en la plaza llegó, sin aviso alguno, el príncipe. Y él, hecho un pincel, se bajó del carruaje, puso un pie en el suelo y gritó:
-¡¡¡Por qué no hay ninguna alfombra que cubra el suelo ante mis pies!!! Sabéis muy bien que mis zapatos de cuero egipcio se ensucian con nada.

De repente le dijo a un criado que le trajera a la chica. El criado presto y veloz cogió a la chica de un puño mientras ella se defendía con uñas y dientes. El criado la tiró delante del príncipe y él arrogantemente le dijo:
- Tú, plebeya, ¿qué haces aquí? 
- Lo que a tí no te importa- respondió ella. 
- Cómo osas hablarme así, sabiendo que yo soy el más apuesto, guapo, simpático, listo... de todos los príncipes.
- ¡¡Déjame en paz!!
- Te llevaré a una mazmorra; es más, te llevaré a la mas honda…

Y así fue: el príncipe la llevó al castillo y la dejó tirada en una oscura mazmorra. Cuando Blancanieves se incorporó escuchó una tenebrosa voz que le preguntaba:
- ¿Por qué estás aquí?
- Por hablarle mal al príncipe ¿y tú?
- Porque sin querer pisé un pequeño trozo de jardín real. Pero llevo 3 meses construyendo un túnel que me llevará a la salida, si quieres puedes venir conmigo y esconderte en mi casa con mis hermanos.
- Vale…

Y los dos salieron por el túnel hasta que llegaron a un bosque, allí Blancanieves se dio cuenta de que él era un enano, y él le preguntó su nombre, su historia y viceversa. Hasta que llegaron a una casita en medio del bosque, era de madera de roble, pero la habían pintado de blanco. Por dentro todo era precioso, estaba muy limpia y era grandísima, aunque por fuera parecía muy pequeña. Tenia de todo: 76 habitaciones, 34 cuadros, 78 baños, 3 spas, 5 cocinas, 2 salitas, 9 salones, unos baños árabes, 6 salas de juegos, una casa de invitados … Cuando llegaron a la casa la recibieron con cariño y ternura, ella se sintió como en casa. 

Al día siguiente los enanos se fueron a trabajar y ella se quedó en la casa. Mientras dibujaba llamaron a la puerta. En cuanto abrió apareció un viejecito que, si aún no lo sospecháis, era el príncipe disfrazado. Él le ofreció una manzana, y en cuanto el príncipe se la dio apareció un enanito que le dio un sartenazo al príncipe y así Blancanieves no murió y muy feliz siempre se quedó.